Las barandas en acero inoxidable no solo aportan elegancia, también seguridad. Con el mantenimiento adecuado, podés conservar su brillo por muchos años.
Recomendaciones:
Limpiá regularmente con un paño húmedo y detergente neutro.
Evitá el uso de productos abrasivos o con cloro.
Secá bien para evitar marcas de agua.
Aplicá una capa de cera protectora para mantener el brillo.